CONVERSACIÓN VI: Javier Fernández, director de Fundación Caja Navarra, @FundCajaNavarra, #InnovaCultural2020; Angel Mestres, @mestresbcn, director de Trànsit Projectes @TransitCultura  & el tejido cultural navarro […]

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Sobre CONVERSACIONES EN CONFINAMIENTO*: «No hay nada más dañino que un tonto fatuo que se cree periodista.» Escribió Karl Kraus en 1915 durante su auto impuesto confinamiento. Kraus era agorafóbico pero ante la exigencia de los hechos, hacía muy poco que la Primera Guerra Mundial había estallado allá afuera, transformó su casa de Viena en la redacción de Die Fackel (La antorcha), revista de la que desde entonces se convirtió en su único redactor. Según dijo él mismo, declarando con ella su propia guerra contra la desinformación, el estereotipo, el tópico y el lugar común. «En épocas de bancarrota intelectual, lo que se emite en vez de la moneda ilustrativa es el papel moneda del tópico», se lee sin ir más lejos en uno de sus números a propósito de las informaciones sobre la guerra que lee en los periódicos. Nosotros no pretendemos tan altas ambiciones, ni las de Kraus ni las del periodismo. Seguramente repetiremos más de un tópico pero sortearemos lo mejor que podamos los obstáculos del lugar común. Estas conversaciones (en cuarentena) no son pues una guerra contra nada y contra nadie, son, simplemente, una manera de continuar, desde nuestro rincón ahora un poco más enclaustrado, reflexionando en voz alta y con los que nos rodean sobre lo que nos atañe y nos importa: generar juntos las condiciones para que crezcan proyectos que trabajen por el acceso al capital cultural.

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En una entrevista aparecida a en el diario Ara el pasado mes de abril, la ensayista y realizadora geronesa Ingrid Guardiola afirmaba: «La cultura también está en estado de alarma […] Es muy posible que cuando salgamos de esto no podamos analizar la cultura ni practicarla desde las inercias del pasado. A qué comunidades se dirige la cultura y de qué manera lo hace será una pregunta esencial. Quizá tendremos que volver a aprender qué queríamos decir cuando hablábamos de clase creativa, de tejido o de innovación cultural […] Algunas cosas habrán cambiado por completo, –sectores, políticas culturales, espacio virtual–  y otras, que habíamos dado por caducas, se cargarán nuevamente de valor – sinergias, cultura libre, regreso social-».

¿De qué forma se deben transformar los programas de apoyo a la cultura tras una crisis que amenaza la supervivencia de muchas organizaciones? ¿Cómo se ven dichos espacios obligados a modificar sus mecanismos de difusión cultural a raíz de este nuevo panorama? O, para seguir a Guardiola, ¿a qué comunidades se dirige la cultura en este contexto tan cambiante y de qué manera lo hace o debe hacerlo? Estas son algunas de las principales interrogantes lanzadas por la Fundación Caja Navarra y la Obra Social “la Caixa”, a razón de los más recientes acontecimientos, y justo a las puertas del lanzamiento de la tercera edición de uno de sus programas emblemáticos: InnovaCultural. Un instrumento de apoyo a proyectos de producción y/o difusión artística y cultural con impacto social. Orientado a fortalecer el tejido cultural navarro impulsando su crecimiento, innovación, eficiencia y productividad en beneficio de la comunidad.

La crisis provocada por la Covid-19 ha mostrado al mismo tiempo las debilidades y las fortalezas del sector cultural. El escenario es complejo. Por un lado, la suspensión de actividades públicas, la pérdida de ingresos y el auge de ciertas formas de difusión digital, que si bien dan gran visibilidad, generan al mismo tiempo muy poca rentabilidad inmediata y ponen en riesgo la sostenibilidad de muchas iniciativas, sobre todo aquellas de carácter asociativo o privado. (Tal como se ha puesto de manifiesto en diferentes medios, organizaciones y observatorios). Por el otro, muchas creaciones musicales y audiovisuales se han convertido en símbolos de esta etapa, provocando momentos de cohesión social y de inspiración en tiempos difíciles para mucha gente. Ante este panorama de emergencia, pero también de gran proliferación creativa, la pregunta es: ¿se debe seguir actuando de la misma manera?

Ante esta situación, que sin duda afecta tanto a proyectos en marcha como a la nueva convocatoria del mencionado programa, el equipo de Innova Cultural (y las fundaciones que lo lideran) optó por hacer un alto y generar, justamente, un espacio de conversación como el que hemos estado promoviendo en este blog, pero dimensionado hacia los principales protagonistas del quehacer y las prácticas culturales de su entorno: los agentes y creadores. Una suerte de experiencia real, práctica y muy acertada, de lo que muchos otros hemos estado haciendo en el terreno de la reflexión, y que bien vale compartir y describir. Se trataba de invertir el momento de pausa colectiva en propiciar el diálogo y promover la escucha de todos los agentes implicados, antes de decidir cómo continuar con sus acciones. La decisión se tomó actuando en consonancia con una de las premisas fundamentales de Innova Cultural: la voluntad de cercanía con el tejido y el sector cultural. Pues además de ofrecer apoyo financiero, el programa apuesta por la activación de las comunidades, la generación de sinergias, el acompañamiento y asesoramiento a proyectos, el fomento de la innovación y el estimulo de la investigación.

(Video convocatoria 2020 programa Innova Cultural)

La estrategia fue abordar esa conversación y escucha en dos niveles: por una parte mediante el envío de una encuesta a todos los proyectos beneficiarios del programa en el periodo de 2019. Lo anterior con el fin de identificar las principales dificultades para desarrollar o finalizar las diferentes propuestas. Por otra parte, a finales del mes de abril, fue lanzada una segunda encuesta electrónica, dirigida ésta vez a las personas y entidades que habían presentado solicitudes en ediciones anteriores o habían mostrado interés por el programa, intentando con ello abarcar a cuantos más contactos del entorno cultural navarro fueran posibles.

De la primera de las encuestas se consiguió trazar una visión global de los proyectos en marcha, y definir una serie de decisiones de flexibilización que permitieran a los beneficiarios reconducir las acciones necesarias y finalizar sus proyectos contando con los plazos extendidos. También se apostó por la creación de un canal digital del programa, que permitiera potenciar la sensibilización de procesos y proyectos en marcha sin que la modificación de las actividades y dinámicas sociales significaran un freno drástico a sus iniciativas.

En lo que respecta a la encuesta abierta al sector, con 89 respuestas obtenidas en pocos días, procedentes de un abanico diverso de agentes de todas las disciplinas de las artes y el patrimonio, la encuesta hizo evidente el impacto negativo de la crisis en los circuitos de difusión de las artes escénicas y la música, la producción audiovisual, la exhibición de artes visuales, los programas de educación cultural, las librerías y la difusión del patrimonio. A ello se añadían los efectos en la salud mental de artistas y profesionales de la cultura, la inseguridad ante la transición digital y la reducción de empleo. Pero también quienes veían en la situación de dificultad una oportunidad para desarrollar nuevos modelos de negocio, definir nuevos formatos de producción y difusión, y explorar el papel de lo artístico en la definición de formas de vida más sostenibles.

En respuesta a una de las peticiones más frecuentes del sondeo, la nueva edición de Innova Cultural opta por incrementar la proporción de las ayudas que se pueden dedicar a costes estructurales (es decir, mantenimiento y suministros, adaptación de los locales a las nuevas exigencias sanitarias, gastos de personal de administración y gestión, etc.) y la formación del personal para hacer frente a la digitalización o a las nuevas formas de distribución, entre otros. Si estas partidas podían representar antes hasta el 10% del total de la ayuda, ahora se elevan al 30%, como forma de contribuir a la recuperación y la sostenibilidad del sector. También, con esta voluntad, las ayudas pueden llegar a representar el 90% del coste total de un proyecto, una proporción que crece respecto de ediciones anteriores, y que se pagará íntegramente al principio del periodo de apoyo.

La conversación establecida puso de manifiesto que la vigente edición del programa debía buscar hacer frente a un contexto de excepcionalidad, además de resaltar el papel esencial de la cultura en este impasse y de apoyar, por consiguiente, a los agentes más frágiles dentro de dicho marco. Es por ello que esta convocatoria se destina exclusivamente a artistas y entidades culturales. No pueden presentarse entidades sociales (para quienes, sin embargo, existe el programa Innova Social de la Fundación Caja Navarra y la Obra Social “la Caixa”) ni administraciones o instituciones públicas. Innova Cultural mantiene su voluntad de apoyar proyectos innovadores de producción y/o difusión artística y cultural con impacto social, y este año, como forma de estimular directamente a artistas, incluye también procesos de investigación y creación.

Impulsar el crecimiento, la diversidad, la eficiencia, la creatividad y el empoderamiento del sector, en beneficio de un desarrollo cultural más innovador, inclusivo y social, es el principal eje de acción del programa. En circunstancias como las actuales, tales objetivos requieren especial atención, es por ello que la edición 2020 del programa ha ampliado su dotación con un millón de euros, el doble que la primera edición, lanzada en 2018. Cada proyecto podrá recibir hasta 70.000 euros, un aumento respecto de las ediciones anteriores. La evaluación de las solicitudes recibidas, realizada por un jurado independiente, valorará entre otros aspectos su grado de innovación cultural (nuevos formatos digitales, nuevas formas de acceso, etc.) y de impacto social (incluidas la sostenibilidad económica, la generación de empleo, etc.), además de la calidad en la formulación del proyecto. Otro aspecto novedoso, derivado de la actualidad, es la necesidad de que las solicitudes que prevean actividades públicas contemplen un “plan B” para eventuales situaciones de confinamiento.

¿Cómo se da respuesta a un momento de crisis como el actual?, nos preguntábamos antes. Para Innova Cultural se hace manteniendo la cercanía con el sector y sus agentes, redoblando los esfuerzos en su apoyo y buscando fortalecer las estructuras; pero también manteniendo la apuesta por acompañar la innovación en la cultura. Es probable que hayan otras respuestas a la pregunta pero quizá, algunas de las reflexiones emprendidas por el programa antes descrito y recogidas aquí, podrían ser válidas para muchas otras iniciativas, plataformas o instrumentos de apoyo similares. De allí la pertinencia de este diálogo colectivo en el marco de nuestra serie CONVERSACIONES EN CONFINAMIENTO. Un intercambio a muchas bandas que ha arrojado respuestas muy concretas para, como decía Ingrid Guardiola en la cita de apertura de este texto, abrirnos a ese proceso de reaprendizaje que una situación como la actual nos exige. Para repensar así términos tan importantes dentro de nuestra actividad como clase creativa, tejido, innovación cultural, sinergias, cultura libre o regreso social. Porque como escribía el argentino Julio Cortázar, «No puede ser que estemos aquí para no poder Ser”». O lo que es lo mismo: revisar para ser, replantear para ser, reevaluar para ser, pero también y sobre todo, escuchar… en definitiva innovar en cultura para decidir lo que queremos ser.

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La convocatoria de la tercera edición del programa Innova Cultural está abierta hasta el próximo 29 de junio. [InnovaCultural es un programa de la Fundación Caja Navarra y la Obra Social “la Caixa” y cuenta con el trabajo de apoyo de Trànsit Projectes]. Más información en: https://programa-vinnova.es/cultural

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* Imagen: Dominic Wilcoxs: https://www.core77.com/posts/35811/Dominic-Wilcoxs-Hilariously-Bizarre-Inventions