CONVERSACIÓN VII: Mauricio Castro, Municipalidad de Concepción (Chile); Joan Coy, Servicio de Cultura del Ayuntamiento de Terrassa (Catalunya, España); Tamara Landívar, Cultura, Recreación y Conocimiento del Gobierno Autónomo Descentralizado Municipal de Cuenca (Ecuador); Marta Llobet, Comisión de Cultura de CGLU, & Jordi Baltà, Trànsit Projectes […]

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Sobre CONVERSACIONES EN CONFINAMIENTO*: «No hay nada más dañino que un tonto fatuo que se cree periodista.» Escribió Karl Kraus en 1915 durante su auto impuesto confinamiento. Kraus era agorafóbico pero ante la exigencia de los hechos, hacía muy poco que la Primera Guerra Mundial había estallado allá afuera, transformó su casa de Viena en la redacción de Die Fackel (La antorcha), revista de la que desde entonces se convirtió en su único redactor. Según dijo él mismo, declarando con ella su propia guerra contra la desinformación, el estereotipo, el tópico y el lugar común. «En épocas de bancarrota intelectual, lo que se emite en vez de la moneda ilustrativa es el papel moneda del tópico», se lee sin ir más lejos en uno de sus números a propósito de las informaciones sobre la guerra que lee en los periódicos. Nosotros no pretendemos tan altas ambiciones, ni las de Kraus ni las del periodismo. Seguramente repetiremos más de un tópico pero sortearemos lo mejor que podamos los obstáculos del lugar común. Estas conversaciones (en cuarentena) no son pues una guerra contra nada y contra nadie, son, simplemente, una manera de continuar, desde nuestro rincón ahora un poco más enclaustrado, reflexionando en voz alta y con los que nos rodean sobre lo que nos atañe y nos importa: generar juntos las condiciones para que crezcan proyectos que trabajen por el acceso al capital cultural.

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(CONSECUENCIAS Y OPORTUNIDADES PARA QUE LA CULTURA FORME PARTE DE LA SOLUCIÓN A LOS RETOS LOCALES Y MUNDIALES TRAS LA COVID-19)

Los efectos de la pandemia de la Covid-19 se han dejado sentir en territorios muy diversos, afectando la capacidad de la ciudadanía de ejercer sus derechos y acceder a muchos de los servicios básicos. Los gobiernos locales desempeñan una función fundamental tanto en la garantía de dichos derechos, como en el desarrollo de políticas que permitan ejercerlos en distintos ámbitos de la sociedad, entre ellos, lo que aquí nos compete, la cultura. En este marco tan incierto y convulso, la Comisión de Cultura de la red internacional de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) ha dado visibilidad a la reacción de muchos gobiernos, que han buscado nuevas formas de permitir el acceso a la cultura para la ciudadanía, así como dar apoyo a agentes y actividades culturales perjudicados por la situación.

El informe Culture, Cities and the Covid-19 Pandemic, publicado recientemente, hace un primer balance de las medidas tomadas y de los retos pendientes, remarcando los vínculos entre el ejercicio de los derechos culturales y la búsqueda de un desarrollo sostenible para todas las personas. El informe se basa en el trabajo de identificación de buenas prácticas y reflexiones que la Comisión de Cultura ha realizado en su página web desde el pasado mes de marzo. En los próximos meses aparecerá un segundo documento que completa este informe, en el que se examinan las consecuencias más profundas de la pandemia, y las oportunidades para que la cultura forme parte de la solución a los retos locales y mundiales.

Para conocer algunas de las experiencias que se han estado protagonizando en los distintos territorios de la red, esta nueva entrega de CONVERSACIÓNES EN CONFINAMIENTO lanza una serie de preguntas a diferentes responsables de cultura de la mencionada red (CGLU), que han vivido el confinamiento desde distintas ciudades del mundo y comparten sus vivencias al rededor de la gestión cultural en tiempos de pandemia: Mauricio Castro, director de Cultura de la Municipalidad de Concepción (Chile); Joan Coy, director del Servicio de Cultura del Ayuntamiento de Terrassa (Catalunya, España); y Tamara Landívar, directora de Cultura, Recreación y Conocimiento del Gobierno Autónomo Descentralizado Municipal de Cuenca (Ecuador), responden a los interrogantes y diálogos sugeridos por Marta Llobet, de la Comisión de Cultura de CGLU, y Jordi Baltà, de Trànsit Projectes.

(EFECTOS DE LA CRISIS EN LA VIDA CULTURAL DE LAS CIUDADES)

1- ¿Cuáles han sido los principales efectos de la crisis de la Covid-19 en la vida cultural de vuestras ciudades?

Mauricio Castro: En Concepción, la crisis ha golpeado muy duro al sector creativo local. El cierre de espacios de exhibición y encuentro ha dejado al descubierto la fragilidad en la cual se desarrollaban la mayoría de ellos. Las artes escénicas y visuales, las infraestructuras culturales y los profesionales de servicios asociados son los más perjudicados al limitarse el encuentro físico, base de la experiencia artística y económica tradicional. Sólo los sectores audiovisuales y de contenidos digitales están logrando sortear con relativo éxito este primer momento. Además, autoridades y públicos cambiaron drásticamente de prioridades, relegando la cultura a un segundo plano que invisibiliza al sector en su totalidad (profesionales, productos y servicios) pero principalmente el rol estratégico que cumple en el combate a la pandemia.

Tamara Landívar: La emergencia sanitaria que hoy afronta tanto el Ecuador como el mundo supone un gran golpe al tejido social de los pueblos. El impacto en las estructuras culturales, políticas y económicas debe ser debidamente dimensionado y proyectado en miras de la formación de modelos y estrategias que permitan mitigar los efectos en la vida diaria de los ciudadanos. Las industrias culturales y creativas no están exentas de los efectos colaterales de esta pandemia. El panorama económico actual endurece aún más la situación de precariedad laboral de muchos actores y gestores de la cultura, cuyas características de trabajo están marcadas por la temporalidad e intermitencia en proyectos y contratos atizados por la irregularidad de los ingresos económicos y la escasez salarial.

Desde el Sistema Integral de Información Cultural, gestionada desde el Gobierno Central de Ecuador, en el informe presentado por el Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador, tomando como referencia los datos del SRI sobre ventas totales y exportaciones por actividades económicas culturales de marzo de 2020, se ha logrado estimar que las pérdidas del sector cultural a nivel nacional podrían bordear un aproximado de $11.805.687,50. Para la estimación se tomaron en cuenta 28 actividades económicas, las que se clasificaron en algunos ámbitos de la cultura.

Por otro lado, la provincia de Azuay cuenta con 690 usuarios en el Registro Único de Artistas y Gestores Culturales (RUAC) del Ecuador, lo que representa el 7,4% del número de registrados a nivel nacional. Cuenca registra 654 actores y gestores culturales, lo que equivale al 7% del número de registros a nivel nacional y el 95% de los registros en la provincia del Azuay. Asimismo, según el informe presentado por el Ministerio de Cultura y Patrimonio sobre las condiciones de empleo de los actores culturales, se pudo determinar que en Cuenca participan alrededor de 12.740 personas en actividades del sector cultural, lo que representa al 2% de la población cantonal. Por todo ello, la crisis supone un daño significativo para la economía del sector cultural de la ciudad.

Joan Coy: Terrassa es la tercera ciudad de Catalunya por número de población. Ocupa un lugar destacado en la producción y propuestas culturales en todos los sus sectores. Es foco de atracción de público de su área de influencia y participa de numerosos foros y debates de ámbitos de coordinación de las políticas culturales en Catalunya. Es por tanto una ciudad donde conviven el sector cultural profesional, semi-profesional y un tercer sector altamente cualificado, especializado y de enorme penetración en toda la sociedad local. La afectación del actual episodio Covid-19, sobre el sistema cultural ha sido total y completa, con efectos sucesivos en la suspensión de la programación y la pérdida de público, los aspectos emocionales y el traslado de mucha actividad a las redes digitales.

2- Joan, ¿puedes describir estas sucesivas fases observadas en Terrassa?

Joan Coy: En un primer momento, la crisis conllevó el cierre total de equipamientos culturales, bibliotecas, museos, archivos, teatros, auditorio y salas de exposiciones, y la suspensión de la programación estable, ciclos, actuaciones musicales y actividades de cultura popular y tradicional, provocando así que buena parte de la actuación del Servicio de Cultura tuviera que concentrarse en ello. No obstante, hubo capacidad de reacción para retrasar a otoño buena parte de la programación y a la vez se mantuvo un contacto permanente con los programadores y profesionales del sector.

Creo que, en segundo lugar, es importante prestar atención a los efectos emocionales de la situación. Sorprende lo poco que cuesta frenar toda la programación y lo mucho que afecta a la sensibilidad y necesidad de cultura de una ciudad. Pasamos muchas horas de nuestra actividad profesional para poder confeccionar una programación cultural para la ciudad y en muy pocas horas se determina el cierre y la finalización de toda actividad cultural. Este hecho ha sido causa de muchas emociones, todas mezcladas en muy poco tiempo. Hemos pasado por fases que nos atrevemos a calificar de depresivas, con altas dosis de temor y preocupación por la estabilidad de todos los sectores culturales. Estamos preparados para el éxito y el fracaso, los reconocimientos y las críticas, pero da la sensación, visto lo acontecido, de que no estamos preparados para el cierre de la actividad.

El principal reto es poder generar relaciones de confianza, que han de ser necesariamente establecidas dentro de la normalidad. El sector cultural será fuerte, robusto y maduro si sus actores consiguen mantener relaciones estrechas, próximas, de complicidad y de expresión sana, de interés por la mejora de la cultura en la ciudad. La principal necesidad es poder ofrecer nuevos espacios de realización cultural que muestren a los distintos sectores culturales que se recuperará buena parte de la actividad.

Finalmente, el alejamiento físico del público y la distancia entre actores ha comportado el uso mayoritario de Internet y las redes sociales. El Servicio de Cultura del Ayuntamiento de Terrassa ha adoptado desde el primer momento estrategias de comunicación con el público y los sectores culturales de forma diaria y permanente. Ha realizado numerosas inserciones de publicaciones propias y de terceros ayudando al sector a mantener la dinámica propositiva respecto a las propuestas culturales de la ciudad. Todos los sectores públicos, privados y no lucrativos de la cultura de Terrassa han mantenido un nivel importante de propuestas que permiten reconocer la capacidad y validez, también en fase de confinamiento, que el sistema de valores y tradiciones dan sentido de pertenencia a la sociedad.

Los sectores culturales nos exigen a los servicios públicos que mantengamos el compromiso de soporte económico y técnico. Se nos exigen respuestas, que debemos poder ofrecer con seguridad, con complicidad compartida y facilitando el mantenimiento de actividad cultural en la ciudad.

(LAS POLÍTICAS MUNICIPALES EN RESPUESTA A LA CRISIS)

3- La situación que describís conlleva necesidades en distintos planos, tanto en lo que se refiere al acceso de la ciudadanía a la cultura como a la continuidad del tejido cultural y sus agentes. ¿De qué forma se ha abordado esta situación desde vuestras instituciones?

Mauricio Castro: Se ha actuado con sentido de urgencia, ratificando en primer lugar las relaciones laborales de corto y mediano plazo, comenzando la transformación de los servicios culturales de las infraestructuras culturales municipales de análogos a digitales, inyectando recursos económicos directos al sector a través de fondos concursables y activando un plan de emergencia que apoye tácticamente los puntos críticos del tejido cultural, como una forma de dar mayor resistencia en sus niveles económicos, sociales y colaborativos, permitiendo de esta manera soportar de mejor manera los próximos meses que serán aún más duros.

Joan Coy: El gobierno local adoptó distintas medidas para las fases de confinamiento y desconfinamiento. En la fase inicial, en especial segunda quincena de marzo y abril, la principal ocupación fue la reprogramación de actividad y la suspensión de actividades programadas que no se habían podido realizar. Finalizada esta fase, la dedicación principal ha sido establecer orden de prioridades para la recuperación de la actividad del servicio público de cultura y la relación con los sectores culturales. El gobierno municipal ha adoptado estrategias de centralización de las políticas públicas y de gestión de las medidas que se adoptan. Todo ello formalizado entorno un Comité de Crisis.

Tamara Landívar: El Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) Municipal de Cuenca asume el compromiso de promover al sector cultural como un eje estratégico de desarrollo generador de riqueza, cohesión social y salud mental. En este sentido, la Dirección General de Cultura, Recreación y Conocimiento (DGCRC) atiende dos grandes responsabilidades, sobre los cuales se ha reestructurado sus proyectos y actividades: la responsabilidad con la salvaguarda y difusión del patrimonio cultural y el conocimiento; y la responsabilidad de impulsar el sector cultural del Cantón, garantizando un ambiente saludable para la producción cultural en sus diferentes dimensiones y garantizando el derecho de los ciudadanos al acceso a la cultura.

4- Más allá de la respuesta inmediata, la crisis genera retos más estructurales, que continuarán estando presentes a medio y largo plazo. ¿Qué medidas plantean los gobiernos locales para construir sistemas más sólidos de protección del ecosistema cultural?

Mauricio Castro: Hemos implementado un plan de emergencia que mira el ecosistema cultural de forma integral, desarrollando acciones que apunten a los distintos estamentos que lo conforman (artistas, creativas/os, empresas, centros culturales comunitarios e instituciones culturales). Algunas de estas acciones son la creación de bases de datos, con el fin conocer el estado, necesidades y evolución de la situación de cada uno de ellos, para así entregar servicios de forma oportuna y priorizada. También financiar plataformas de experimentación de productos factibles de ser comercializados en este contexto, como también espacios de difusión que faciliten el acceso por parte de las/os vecinas/os de la ciudad (www.concepcioncultural.tv). Junto con ello abrir un espacio de co-construcción de política cultural con las instituciones de la ciudad para coordinar acciones a desarrollar en conjunto en el corto plazo. Finalmente debemos fortalecer la asociatividad en los sectores creativos, como una forma de enfrentar en conjunto los enormes desafíos futuros.

Joan Coy: Se prioriza como estrategia la adopción de medidas dirigidas a la recuperación de los sectores culturales y al derecho de acceso a la cultura de la ciudadanía. Ello conlleva flexibilizar las medidas y los programas públicos de soporte a los sectores culturales, acompañamiento y reprogramación de actividad; nuevas líneas de subvención, con una nueva línea llamada “Terrassa Crea”, de ayuda a nuevas producciones culturales, soporte económico, seguimiento técnico y programación a nueva temporada; la reapertura de los equipamientos de proximidad, como las bibliotecas, los museos y el archivo, seguida de la reapertura de los equipamientos de acogida de públicos, como los teatros, el auditorio y las salas de exposiciones con todas las medidas de protección necesarias, y con la probabilidad de que la temporada se pueda reemprender, con limitaciones, en otoño de 2020. Asimismo, se quiere recuperar el espacio público, previsiblemente en distintas fases: habrá que rehacer los protocolos establecidos, revisar los planes de autoprotección y detallar tanto las medidas, como el número de público admitido. La utilización del espacio público, forma parte de la relación establecida por costumbres y tradiciones. Por último, en la fase final de desconfinamiento se plantea una propuesta de jornada con todos los sectores culturales de Terrassa para rehacer las prioridades que la ciudad determine.

Tamara Landívar: Las principales actividades llevadas a cabo en Cuenca en este sentido han consistido en atender las necesidades sociales y sanitarias, en el marco de la coyuntura de la Covid-19, a través del arte y la cultura; se pretende a futuro establecer mecanismos de incentivos y asignación de recursos, como convocatorias públicas para la generación de fuentes de empleos y reactivación de actividades culturales, de acuerdo a los protocolos; promover programas de capacitación y formación para la profesionalización de los actores culturales del Cantón; establecer convenios con instituciones externas del ámbito cultural. Actualmente se encuentra en marcha un Plan de retorno progresivo para las actividades del sector cultural y recreativo, generando un protocolo de bioseguridad para las actividades culturales, acorde a las directrices emitidas por las entidades competentes e incluyendo al sector cultural dentro de la dinamización de la economía del cantón (cuarto eje de la economía). Adicionalmente, como una de las acciones emergentes, el GAD de Cuenca, a través de sus dependencias competentes, realizó la entrega de kits alimenticios para los sectores vulnerables, identificando también a los actores culturales en esta situación. Asimismo, se considera pertinente establecer criterios y principios que guíen la inversión en el sector cultural con el propósito de construir un ecosistema saludable para la producción, con atención a grupos prioritarios y vulnerables y acciones socioeducativas, entre otros. También se ha incluido al sector cultural en los programas integrales de atención prioritaria y emergente en el marco de la coyuntura con la emergencia sanitaria.

5- ¿El gobierno local ha considerado un marco más amplio de desigualdad (mujeres y niñas, pueblos indígenas, personas mayores, minorías y otros grupos vulnerables) a la hora de asegurar el ejercicio de los derechos culturales de la ciudadanía?

Mauricio Castro: Si bien durante la pandemia del Coronavirus hemos focalizado nuestro trabajo en artistas, creadores, colectivos y portadores de patrimonio inmaterial, vitales para el ejercicio de los derechos culturales de la ciudadanía, nos falta aún diseñar vías de acceso a estos derechos para personas que no utilizan las TIC por diversos factores y motivos, así como incorporar mayor perspectiva de género. La actualización en los próximos meses del Plan de Cultura local, utilizando como base el documento Acciones y propuestas hacia el cambio cultural, desarrollado participativamente el 2019 en el contexto del estallido social chileno y el actual plan de emergencia, permitirá avanzar hacia la consideración de la cultura como un derecho y cuarto eje del desarrollo sustentable a nivel local, enfocando los esfuerzos en disminuir las desigualdades en el acceso, hábitos y prácticas culturales existentes.

Tamara Landívar: La DGCRC, ante el actual escenario que ha develado las grandes grietas sociales y mostrado las costuras más vulnerables del entramado social, asume su obligación de garantizar a todos los ciudadanos el pleno ejercicio de los derechos culturales y el acceso a la cultura priorizando acciones encaminadas a promover la cultura como un medio para lograr la prosperidad y el bien común, el desarrollo sostenible y la construcción de ciudadanía y comunidad. Sin duda, garantizar el derecho a la inclusión cultural mediante una programación producto de procesos participativos e inclusivos de manera efectiva representa todavía un gran desafío. Construir un programa que refleje la diversidad del país y que tome en cuenta a los grupos en situación de riesgo o vulnerables es una función vital y que siempre será un proceso en construcción. Por lo cual, se considera urgente la creación de estrategias que permitan atender las necesidades de los grupos de atención prioritaria y los grupos minoritarios; en este sentido la construcción de proyectos y actividades exige la inclusión de un amplio abanico de artistas, colectivos, gremios y gestores culturales en las decisiones de política pública.

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Las experiencias que plantean los agentes culturales participantes en esta CONVERSACIÓN EN CONFINAMIENTO, son solo una muestra de las numerosas y muy distintas experiencias locales en materia de cultura a raíz de los recientes acontecimientos, pero representan algunos de los retos y oportunidades que las ciudades han abordado en los últimos meses. Reflexiones que apuestan por la conexión de los grandes temas culturales con debates más amplios, que están teniendo lugar en nuestras sociedades sin importar las fronteras. Tal como subraya el informe de la Comisión de cultura de CGLU, la perspectiva de los derechos culturales es el marco más adecuado para desarrollar políticas públicas a largo plazo que garanticen tanto la construcción de sistemas más sólidos de protección del ecosistema cultural como el pleno despliegue del potencial de la cultura. Todo ello para contribuir a la recuperación justa, equitativa, ecológica, sostenible y diversa de las ciudades. Aquello que en este mismo espacio ya hemos llamado, siguiendo la propuesta del Vivero de Iniciativas Ciudadanas (VIC) nueva cultura ciudadana. Una nueva cultura que supone un nuevo conocimiento sobre el territorio, la ciudad, lo público, la gestión y la aplicación social de la innovación. Una nueva cultura que se consigue conectando proyectos con territorios y territorios con ciudadanos para hacer frente a los cambios, abordando la cultura como motor para generar acciones a favor de otros territorios y otras ciudadanías posibles. Ese es el reto y sobre todo el deseo. El escenario no es alentador, pero seguimos buscando las respuestas posibles…

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* Imagen: ‘Extension’ (1974), Sigurdur Gudmundsson: https://elpais.com/elpais/2014/10/09/album/1412872651_283098.html#foto_gal_1