¿De qué forma afecta la crisis climática a disciplinas artísticas como la danza contemporánea? ¿Y cómo puede este sector contribuir a la adaptación que nos exige la transformación del planeta? Estas son algunas de las cuestiones que inspiran el último informe publicado por la European Dancehouse Network (EDN), principal red europea de centros de creación, producción y difusión de la danza, elaborado por Trànsit Projectes. 

El informe se suma a las numerosas iniciativas que en los últimos años han demostrado el compromiso de los sectores culturales con la sostenibilidad medioambiental. En este sentido, según una investigación del proyecto Perform Europe, se observa un “cambio de mentalidad” entre los profesionales y las organizaciones culturales, que incorporan cada vez más criterios ambientales en su actuación, por motivos de orden ético, educativo, jurídico o económico, según el caso. Se trata, en cualquier caso, de una transición compleja, y a menudo las medidas adoptadas son puntuales y aisladas, sin representar una transformación estructural.

El informe de EDN identifica seis grandes áreas de intersección entre la danza contemporánea y la sostenibilidad medioambiental, que en algunos casos se podrían hacer extensivas a otras disciplinas artísticas. Se trata de los ámbitos siguientes:

  1. Narrativas y temáticas relacionadas con la sostenibilidad. Desde siempre ha habido creaciones artísticas que han explorado la naturaleza y su relación con la sociedad. Actualmente son muchos los creadores que se inspiran en el malestar del planeta, la destrucción medioambiental o el impacto que las formas contemporáneas de producción y consumo tienen en la sociedad y en el sistema natural. También hay centros de producción y programación de danza que apoyan estas tendencias a través de ciclos o festivales, residencias de creación, etc. En conjunto, se trata de iniciativas que aprovechan el potencial de la cultura de vehicular ideas complejas y presentarlas al público.
  2. Un nuevo equilibrio entre la creación, producción y presentación de obras. El compromiso con la sostenibilidad conduce a modificar la “obsesión con lo nuevo” que es propia de los sistemas productivos contemporáneos, apreciando más aquello ya existente: en este sentido, puede ser conveniente exhibir más veces las obras ya hechas, más que tener que hacer nuevas creaciones de forma recurrente. También conlleva dar más espacio a las actividades educativas y de participación comunitaria, incorporar principios propios de la economía circular (reciclar, reutilizar o compartir recursos) en la producción de espectáculos, y dar más importancia a los criterios cualitativos que a lo cuantitativo en la evaluación de procesos.
  3. Movilidad: sostenibilidad ambiental, desarrollo profesional y justicia social. Hay cada vez más conciencia de la necesidad de replantear las formas de movilidad internacional (giras, residencias, encuentros profesionales, etc.) a causa de sus impactos medioambientales. Al mismo tiempo, para muchos bailarines y coreógrafos, operar a nivel internacional es una exigencia por motivos creativos y económicos, lo que obliga a considerar las distintas circunstancias personales y territoriales que se esconden detrás de la movilidad. Por ello, el informe plantea diez criterios para repensar las pautas de movilidad internacional, invitando a aplicarlos de forma contextualizada: combinar formatos presenciales y digitales, favorecer la movilidad sostenible siempre que sea posible, alargar las estancias y sacar el máximo provecho de ellas, considerar la movilidad de los públicos, etc.
  4. La transformación de las organizaciones. Existen numerosas guías para acompañar a las organizaciones de las artes escénicas en la adopción de criterios de sostenibilidad ambiental, abordando cuestiones como los edificios y la energía, las compras, el transporte, la comunicación, o la evaluación interna. Sin embargo, para muchas organizaciones no es fácil saber por dónde empezar, ni tratarlo como una prioridad. Por ello, además de resumir algunas de las directrices existentes, el informe da orientaciones para avanzar: crear una cultura de cambio positivo y realista, buscar una asesoría externa, activar el conocimiento interno, o establecer un grupo de trabajo.
  5. Colaboraciones y relaciones comunitarias para la adaptación. La transformación necesaria en las organizaciones y sus actividades se puede beneficiar de las colaboraciones con agentes de otros sectores (medioambiente, tecnología, transporte, educación, etc.) o con otras organizaciones culturales (en forma de redes, plataformas, etc.). También puede implicar fortalecer los vínculos con las comunidades del entorno más próximo.

Nuevas políticas públicas y mecanismos de apoyo. A nivel europeo, se observa que los países donde ha habido más avances en la transformación de las organizaciones culturales en términos de sostenibilidad medioambiental son aquellos donde ha habido políticas más decididas en esta dirección. Por ello, el informe ofrece orientaciones para las administraciones públicas, que pueden adoptar legislación, políticas y estrategias en este terreno, incorporar la sostenibilidad como criterio básico o como incentivo en las líneas de financiación, proporcionar formación e información, favorecer el intercambio de recursos y materiales, y modificar sus sistemas de medición y seguimiento.

Teniendo en cuenta estos aspectos, el informe concluye con algunas recomendaciones tanto para la EDN como para otras organizaciones del ámbito de la danza, y para las administraciones públicas a nivel europeo, estatal, regional y local. De entrada, EDN se ha comprometido a incorporar a su actuación las orientaciones presentadas en el informe y, junto a las organizaciones que configuran su red, ha publicado un documento de campaña con los principios que guiarán su trabajo futuro.

El informe Environmental Sustainability in Contemporary Dance: Emerging Issues, Practices and Recommendations está disponible en inglés en: https://www.ednetwork.eu/news/edn-publication-2022

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