¿De qué forma se vincula la literatura con el conocimiento más allá de la experiencia estética? ¿Hay algo de aprendizaje en la práctica de la lectura que rebase los vínculos que una trama determinada puede tener con un conocimiento en concreto? ¿Qué pasa cuando leemos? ¿Leemos un texto sin más? ¿De forma aislada, desconectada de otros objetos y formas de acceso a la información, a la realidad, a la percepción? Os compartimos aquí una interesante reflexión por parte del filósofo y escritor suizo Alain de Botton que forma parte del también interesante archivo Big Think (A knowledge forum featuring the ideas, lessons, stories and advice of leading experts from around the world).

Alain de Botton se plantea, entre otros temas, la forma en que la literatura funciona como un instrumento para sensibilizarnos ante lo diferente, para adquirir nuevas formas de observación e interpretación de lo que nos rodea. Aludiendo al trabajo de percepción del escritor como un radar que es capaz de posar su atención sobre lo más significativo. Lo interesante de la propeusta de De Botton es que entiende ese radar no como un activo que uno acepta sin más, sino como un proceso de aprendizaje en el que el lector, por ejemplo de Proust, al momento de acceder al mundo que el autor francés propone en En busca del tiempo perdido, no sólo va a mirar el mundo de Proust con sus propios ojos,sino que, de forma más significativa aún, aprenderá a mirar su propio mundo con los ojos de Proust. Una postura muy interesante y con mucho que reivindicar sobre esta forma inperecedera de acceso al conocimiento, a la realidad, a las ideas y al mundo.  Aquí lo tenéis:

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