Por Jordi Baltà Portolés (@jordibalta| En 2006, países de todo el mundo firmaron la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que reconoce el derecho de las personas con discapacidad a participar, en igualdad de condiciones con las demás, en la vida cultural, y establece el deber de los gobiernos de contribuir a ello. Todos los estados miembros de la Unión Europea han ratificado esta Convención, y por lo tanto tienen el compromiso de adoptar medidas en este ámbito. Es importante recordar que en la UE viven más de 42 millones de personas con discapacidad, lo que equivale al 13% de la población adulta, aunque la cifra se eleva al 19% si ampliamos la definición a aquellas personas que adquieren una discapacidad en la tercera edad.

Pese a estos compromisos, la realidad demuestra que las personas con discapacidad se enfrentan a serias dificultades tanto para acceder a equipamientos culturales en tanto que público, como para ser reconocidas como artistas o participantes activas en la vida cultural. Entre las dificultades se halla la disponibilidad de información y conocimiento para hacer la cultura más accesible en la práctica. En la actualidad, un equipo coordinado por la red internacional de movilidad artística On The Move está llevando a cabo una investigación sobre estas cuestiones, especialmente en cuanto a la accesibilidad de las artes escénicas, en el marco del proyecto Europe Beyond Access, una iniciativa sobre artes escénicas y discapacidad coordinada por el British Council y financiada por la UE. Trànsit Projectes forma parte del equipo de investigación del proyecto.

Recientemente se ha publicado, en inglés, un informe inicial de los resultados de la investigación, basado en datos de una encuesta a profesionales, una serie de entrevistas con redes europeas e internacionales, y un análisis bibliográfico. El informe se centra en tres cuestiones: conocimiento, experiencia, y soluciones.

La primera parte del informe analiza el grado de conocimiento existente entre los profesionales y las organizaciones culturales en cuanto al trabajo de los artistas con discapacidad, y sobre cómo hacer las organizaciones culturales más accesibles. Los resultados muestran que el 52% de los profesionales que participaron en la encuesta admiten que su conocimiento del trabajo de los artistas con discapacidad es bajo o muy bajo. Una dificultad importante en este sentido es la aparente ausencia de fuentes de información fiables; es decir, las formas de estar al corriente de las creaciones o los espectáculos desarrollados por los artistas con discapacidad.

Sin embargo, el informe también indica que la situación varía mucho en función del país: en algunos, como el Reino Unido, Finlandia, Francia, Alemania, o Irlanda, hay fuentes de información accesibles y más conocidas. A causa de estas asimetrías entre países, las redes y los programas de cooperación europeos se han demostrado muy útiles para estar al día del trabajo de los artistas con discapacidad y de las metodologías para favorecer la inclusión de las personas con discapacidad como público de las actividades culturales.

La sección siguiente del informe analiza la experiencia práctica de las organizaciones culturales en cuanto a fomentar la accesibilidad y la inclusión de los artistas y los públicos con discapacidad. En cuanto a los primeros, el informe indica que sólo el 28% de los equipamientos y los festivales presentan o apoyan de forma regular (es decir, al menos una vez al año) creaciones hechas por artistas con discapacidad.

Mientras tanto, es más habitual tomar medidas para favorecer la accesibilidad de las personas con discapacidad en tanto que público: por ejemplo, el 72% de los equipamientos tienen baños accesibles para sillas de ruedas, y el 48% ofrecen entradas gratuitas o a precios reducidos para asistentes personales. Las medidas dirigidas a los públicos con discapacidad se centran, sobre todo, en la accesibilidad física a los edificios, mientras que otros aspectos reciben menos atención: por ejemplo, únicamente el 19% de los equipamientos tienen una web accesible, el 13% ofrecen materiales de comunicación o marketing accesibles, y el 12% tienen un sistema de reservas accesible.

La atención preferente a los públicos, más que a los artistas (por ejemplo, es más frecuente que sea accesible la platea que los camerinos), parece confirmar las conclusiones de estudios anteriores, según los cuales se tiende a percibir a las personas con discapacidad como receptoras “pasivas” de cultura, más que como a participantes “activas”. Al mismo tiempo, el informe indica que, en general, las organizaciones que cuentan entre su personal con alguna persona con discapacidad, o a personas responsables en materia de accesibilidad o partidas del presupuesto para estas finalidades, son las que han adoptado medidas más inclusivas hacia artistas y públicos con discapacidad.

El informe recoge datos de informes anteriores, que subrayan el interés de las personas con discapacidad por asistir a actividades culturales, especialmente cuando se tienen en cuenta sus necesidades especiales; por ejemplo, cuando se abordan las dificultades relacionadas con la accesibilidad física, la distancia, el precio, o las reservas online.

Sin embargo, algunos estudios recientes indican que las personas con discapacidad se sienten especialmente vulnerables en el marco de la Covid-19, un hecho que dificulta, entre otras cosas, su asistencia a actividades culturales. En este sentido, varias organizaciones han señalado el miedo de que se desatiendan las necesidades de las personas con discapacidad en las respuestas a la crisis. El informe destaca que fomentar la accesibilidad es positivo para las organizaciones culturales y las administraciones públicas no solo en términos de derechos, sino también por motivos económicos, ya que si no se tienen en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad se puede perder hasta el 12% del público.

El último apartado del informe se centra en las soluciones. Apunta la importancia de las políticas de apoyo: los países donde se han adoptado políticas culturales comprometidas con la inclusión y el acceso son aquellos donde ha habido más progreso. Existen numerosas guías de buenas prácticas y otros recursos prácticos que podrían facilitar las mejoras, pero tienen que ser más accesibles, y estar disponibles en más lenguas.

Se observa, en efecto, una demanda de las organizaciones y los profesionales de la cultura por disponer de orientaciones de cara a hacer proyectos más incluyentes y desarrollar públicos entre las personas con discapacidad, y la expectativa de que debería haber más apoyo para avanzar en este sentido. El informe concluye con una serie de observaciones y recomendaciones para las instituciones de la UE y otras autoridades públicas.

Las conclusiones iniciales presentadas se complementarán a finales de 2021 con un informe más amplio, que analizará algunas cuestiones clave en mayor detalle.

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Imagen: Nicolas Vendange, Megan Armishaw, Mickaella Dantas (Left to right) (Candoco Dance Company – Face In by Yasmeen Godder) Photo by Hugo Glendinning | https://www.thewonderfulworldofdance.com/charlotte-darbyshire-candoco-dance-company