El proyecto editorial de Trànsit Projectes sigue sumando títulos y colaboraciones en su intención por generar diálogos textuales al rededor de la cultura y la gestión cultural. Lo hacemos a través de colaboraciones editoriales, cofinanciamientos o ediciones propias; apoyando y proponiendo publicaciones que generen crítica, pensamiento y didáctica sobre la cultura. La intención es provocar trasvases entre territorios, acercar a nuestra red títulos que no circulan o, simplemente, conversar abiertamente sobre las ideas que nos estimulan.Nuestra más reciente colaboración cristaliza una nueva alianza, se trata de rgc Ediciones de Argentina, un proyecto especializado en publicaciones acerca de la gestión y la políticas culturales, que busca contribuir a la sistematización y la reflexión sobre las acciones y experiencias generadas en el campo de la cultura en Iberoamérica. Un catálogo de gran interés que cruza muchas de las ideas contemporáneas sobre nuestra actividad y que centra su atención en un territorio con el que buscamos estar en continua (y afectada/tuosa) comunicación. 

El inicio de esta colaboración con rgc Ediciones ha traído a España dos títulos de mucha actualidad que dialogan a la perfección con muchos de nuestros proyectos y reflexiones. El primero de ellos ‘Valorizar lo propio, potenciar lo común’, lo firman Diego Benhabid y Ricardo Santillán Güemes, y en él proponen analizar la gestión cultural desde un enfoque que excede la mera producción de actividades artísticas y la programación de festivales, proponiéndose imbricar dos campos complejos y dinámicos, el de las organizaciones sociales y el del sector cultural, proponiendo dirigir la mirada sobre los procesos culturales y la identidad de las poblaciones con las cuales interactúan las organizaciones en su propio territorio, respetando sus ethos y cosmovisiones. Dos preguntas detonan y engloban a la vez este acercamiento: ¿Bajo qué rótulo se engloban las distintas acciones de comunicación popular, de arte callejero, de recuperación de la memoria, de protagonismo juvenil, de participación, de construcción de ciudadanía, etcétera, que emprenden día a día las organizaciones? ¿Cuál es su sentido y su función social? Para acercarnos un poco a sus posibles respuestas, os compartimos el prólogo que hemos preparado para la edición española del libro. Puedes buscar un ejemplar por las librerías de Barcelona.

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LA CULTURA COMO INTERSTICIO SOCIAL: GENERANDO ENCUENTROS; POTENCIANDO RELACIONES.

(Prólogo a la edición española del libro Valorizar lo propio, potenciar lo común. Gestión cultural para organizaciones sociales. rgc: 2021)

Lo relacional es un concepto propuesto por el historiador y crítico de arte francés Nicolás Bourriaud, que hace referencia a la actividad artística (y cultural) como «intersticio social». Se trata, en palabras de Bourriaud, de que «el arte tome como horizonte la esfera de las interacciones humanas y su contexto social, más que la afirmación de un espacio simbólico autónomo y privado». La actividad artística (y cultural) se esfuerza, de esta manera, por poner en relación, por responder a nociones interactivas, sociales y comunitarias. Desde hace décadas, en ciudades y pueblos de todo el mundo, los lenguajes y actividades propias del arte y la cultura se han vinculado, justamente, a procesos que ponen en el centro diferentes variantes de esta noción de intersticio. Iniciativas, proyectos y propuestas que ven en el trabajo cultural una forma de promover el empoderamiento social, la participación ciudadana, la contribución a las mejoras del entorno, la lucha contra las discriminaciones, entre otras finalidades más propias de la acción social y política per se, que de los ámbitos del arte y la cultura.

Los agentes que impulsan procesos de esta naturaleza son numerosos y sobre todo heterogéneos, pero comparten aspectos que unifican sus propuestas. Como el vínculo con el territorio, (en un sentido amplio que va más allá del entorno físico e incorpora dimensiones humanas y sociales); o la afirmación de los derechos culturales como un elemento inherente a la dignidad de todas las personas, (un aspecto que debe formar parte de la comprensión contemporánea del desarrollo humano). Todo ello contribuye, entre otras cosas, a reforzar el carácter transversal de la cultura, que, lejos de ser una esfera aislada, deviene una base común para el conocimiento y la comprensión del entorno. Lo anterior aunado a las posibilidades que la actividad cultural gana bajo esta perspectiva, para ofrecer un terreno de acción que enriquezca iniciativas propias y transversales en campos como la educación, el desarrollo social y los procesos inclusivos y comunitarios.

América Latina es una de las regiones del mundo en la que los procesos de este tipo han adquirido mayor dinamismo, especialmente a través de los movimientos de cultura viva comunitaria y las políticas relacionadas con esta. Tal como exponen Diego Benhabib y Ricardo Santillán Güemes en las páginas que siguen, este movimiento tiene su origen en Brasil, con la creación del programa Cultura Viva y el fomento de los Puntos de Cultura en el año 2004, y se extiende posteriormente a numerosos países del continente, entre ellos Argentina. Como demuestra VALORIZAR LO PROPIO, POTENCIAR LO COMÚN: GESTIÓN CULTURAL PARA ORGANIZACIONES SOCIALES, tras el desarrollo de las iniciativas de cultura viva comunitaria y la incorporación de una dimensión cultural al trabajo de organizaciones sociales, se potencia una notable reflexión colectiva acerca del alcance, la incumbencia y las competencias sociales de la cultura contemporánea. Atribuciones todas, que se encuentran en las intersecciones con los procesos de empoderamiento, participación ciudadana y fortalecimiento de lo común, y las formas de traducir en la práctica este conocimiento mediante reflexiones y técnicas propias de la gestión cultural.

Así, el libro que el lector tiene en sus manos constituye una excelente introducción al trabajo de numerosos pensadores, principalmente de América Latina pero también de otras latitudes, acerca de estas cuestiones, combinando conocimientos teóricos con la exposición de casos prácticos. La reflexión general sobre la cultura y el territorio, y la afirmación de la ciudadanía y el dinamismo adquirido por las iniciativas culturales de este tipo en América Latina, acentúan el carácter universal de una obra que puede, sin duda, ofrecer aprendizajes de interés en otros países y regiones. De igual forma, el material expuesto puede ser relevante tanto para las organizaciones sociales y comunitarias a las que se dirige de forma explícita, como para agentes culturales que tengan interés en reflexionar sobre su tarea desde la perspectiva de la relación con el territorio y la participación ciudadana.

La propia consideración del carácter transversal de la cultura hacia otras finalidades sociales y políticas, aunada a la diversidad y riqueza de las aportaciones recogidas en VALORIZAR LO PROPIO, POTENCIAR LO COMÚN, pueden, de hecho, ser la base para otros espacios de colaboración entre agentes de distintos sectores. Imaginamos a partir de lo planteado en sus páginas, proyectos e iniciativas futuras de diversa naturaleza (sector, disciplina, orientación, procedencia…) que compartan una misma visión en cuanto a la necesidad de democratizar el acceso a la cultura; pero también en relación al empeño por fortalecer procesos inclusivos de creación y producción cultural. «El arte (la cultura) es un estado de encuentro», afirma la tan repetida frase del historiador francés Nicolás Bourriaud a quién citábamos para abrir este prólogo. La cultura como una organización de presencias compartidas, como un laboratorio de ideas y de formas vivas que cualquiera puede apropiarse a favor del interés de todos. A favor, justamente, de potenciar lo común a través de la puesta en valor de las singularidades propias.

Finalmente, la crisis derivada de la pandemia de la Covid-19, bajo cuyo impacto escribimos estas líneas, ha puesto de manifiesto muchas debilidades en el desarrollo del sector de la cultura y las políticas que le dan apoyo, pero también ha permitido visibilizar la importancia dada por personas y comunidades en todo el mundo a los espacios y las formas de expresión cultural propias y ajenas. Así como la necesidad de establecer modelos organizativos más resilientes y transversales, con políticas que los propicien y acompañen. La reflexión sobre el valor comunitario de la gestión de la cultura planteado a lo largo de este libro, bien puede ofrecer ideas de interés orientadas a imaginar alternativas prácticas ante este escenario crítico y complejo, que nos depara el provenir más inmediato en todos los aspectos de la vida.

Trànsit Projectes, abril 2021

*Nota: la publicación de VALORIZAR LO PROPIO, POTENCIAR LO COMÚN, sirve al mismo tiempo como homenaje al malogrado Ricardo Santillán Güemes, fallecido poco antes de la publicación original del libro en Argentina. Agradecemos su trabajo junto al de Diego Benhabib en la redacción de esta obra.