La larga experiencia en la gestión de servicios de responsabilidad pública da forma a una de las facetas más sólidas del trabajo histórico de de Trànsit Projectes. Esta labor adquiere sentido siempre que la alianza parta de criterios comunes, tanto sobre los objetivos a alcanzar o las estrategias para hacerlo; como de la correcta definición de los roles, argumentamos sin ir más lejos en nuestra página web. La reciente participación en la la elaboración del nuevo Plan Estratégico de los Centros Cívicos de la ciudad de Vic, nos permite rescatar una serie de apuntes que, a nuestro entender, resultan de gran importancia para pensar (diseñar, prototipar o participar de) este tipo de labor cultural. Os compartimos aquí algunos de los aspectos derivados de dicha reflexión:

¿Qué aspectos pueden servir para valorar y mejorar la gestión y la actividad de un centro cívico, desde la perspectiva de las políticas culturales locales? Esta es una de las preguntas que ha inspirado la elaboración del nuevo Plan Estratégico de los Centros Cívicos de la ciudad de Vic, llevada a cabo por Trànsit Projectes junto al Ayuntamiento de esta ciudad y el Centre d’Estudis i Recursos Culturals (CERC) de la Diputación de Barcelona, en el marco del programa de asesoramientos del CERC a ayuntamientos de la provincia.

Vic cuenta en la actualidad con seis centros cívicos, ubicados principalmente en barrios alejados del centro de la ciudad, que combinan funciones de espacio de encuentro para niños, jóvenes, gente mayor y otras personas; acogida de reuniones y actividades de asociaciones vecinales y otras entidades de la sociedad civil; organización de talleres en distintas disciplinas, y programación de espectáculos de pequeño formato (conferencias, rutas locales y otras actividades). Se trata, por lo tanto, de equipamientos culturales de proximidad similares a los que, en otras latitudes, se llamarían casas de cultura, centros culturales municipales, centros culturales polivalentes, o distintas apelaciones semejantes.

Como cualquier otro espacio o programa cultural, periódicamente se hace necesario reflexionar sobre su funcionamiento, su ubicación en el ecosistema cultural local y su relación con la ciudadanía y con las políticas locales, tanto más en cuanto que varios retos antiguos o nuevos transforman la vida social y cultural: digitalización, desigualdades, crisis económicas, individualismo, pandemias, y un largo etcétera.

En este marco, el nuevo Plan identifica cinco ámbitos de incidencia de los centros culturales de proximidad que nos parece interesante anotar en el marco de este espacio. Cada uno traducido en diferentes criterios de focalización, orientación y evaluación, como elementos que deben servir a la vez para valorar la actuación presente y para guiar las mejoras en el futuro. Los tres primeros ámbitos analizan cada centro de forma individual, mientras que los dos últimos analizan los centros en tanto al criterio de la red de equipamientos. Se trata, en concreto, de los aspectos siguientes:

  1. Oferta de actividades. En cuanto a la oferta de actividades del centro, podemos considerar la diversidad de formatos, disciplinas y lenguajes artísticos o culturales; la calidad (participación de artistas y colectivos con una trayectoria consolidada, grado de satisfacción del público, etc.); la coherencia, expresada en la existencia de criterios y prioridades que guíen el diseño de la programación; la adecuación al contexto del barrio y la ciudad, que se puede observar en la implicación de la población en el diseño de las actividades o en procesos de consulta, o en la correspondencia entre la diversidad social del entorno y la diversidad de la oferta; y la innovación, según la incorporación regular de elementos que aseguren la relevancia del centro.
  2. Encaje en el contexto social y territorial. En este ámbito, se pueden analizar la participación de las asociaciones del entorno, mediante la cesión de espacios, la acogida de actividades o la participación en procesos de gestión y gobernanza; la accesibilidad y el uso por parte de distintos grupos, con medidas que faciliten la accesibilidad física y sensorial de los espacios y mecanismos de atención y acogida para grupos específicos; la comunicación, con mecanismos adecuados a la naturaleza de la oferta y las comunidades; y la convivencia, interacción y colaboración entre distintos grupos sociales del entorno.
  3. Instalaciones y recursos. A la hora de valorar la infraestructura del equipamiento y de qué forma facilita o no un funcionamiento correcto del centro, podemos tener en cuenta aspectos como la adecuación de los recursos técnicos y humanos a la oferta y al contexto social y territorial, y la existencia de mecanismos que permitan abordar las necesidades detectadas en este sentido; y la calidad y operatividad de los recursos técnicos, como las instalaciones o el equipamiento.
  4. Red y conectividad. En el primero de los dos ámbitos de incidencia que aplicamos a nivel de la red, se pueden tomar en consideración aspectos como el grado de concertación entre los distintos centros en cuanto al diseño y programación de actividades, su capacidad de compartir recursos, la existencia de reflexiones compartidas e intercambios informales de información entre ellos, y la conexión entre la red de centros culturales de proximidad y otros agentes del ecosistema cultural local: es decir, la existencia de espacios o actividades concretas de interlocución y colaboración con colectivos culturales, teatros, museos, auditorios, bibliotecas y otros agentes de la vida cultural en el entorno local.
  5. Rol en la gobernanza de las políticas culturales. Por último, podemos analizar qué atención dedican a los centros culturales de proximidad las estrategias y planes de acción locales en materia de cultura, participación ciudadana, inclusión social u otros ámbitos relacionados, y de qué forma participan estos centros en los mecanismos de reflexión y gobernanza de las políticas culturales existentes en la ciudad, pueblo o territorio correspondiente.

Esta propuesta, diseñada de entrada para responder al marco específico de Vic y a sus necesidades de planificación a medio plazo, creemos que podría ser útil también, con las adaptaciones correspondientes, para la reflexión y la planificación cultural en otras ciudades, pueblos y territorios que dispongan de equipamientos de proximidad similares o que prevean impulsarlos en el futuro.

En el caso de Vic, y a partir de la evaluación realizada, que ha contado con numerosas entrevistas y espacios de reflexión compartidos, el Plan Estratégico de los Centros Cívicos, (ya disponible para su consulta), se despliega en 4 ejes de acción, 22 medidas y 60 acciones concretas, cuya implementación se debería prolongar hasta el año 2025.