Al principio no se lee. En los albores de la vida, en la aurora de los ojos. Uno engulle la vida por la boca, por las manos, pero no se mancha todavía los ojos con tinta. En los inicios de la vida, en sus primeras fuentes, en los riachuelos de la infancia, no se lee, no se tiene la idea de leer, de golpear tras de sí la página de un libro, la puerta de una frase… La lectura entra en la infancia mucho más tarde. Primero hay que aprender, y es como un sufrimiento, los primeros tiempos del exilio… Pero un día reconocemos la palabra en la página, la decimos en voz alta, y es una parte de dios que se va, una primera fractura del paraíso… pero le ocurre algo a algunos, menos numerosos. Esos son los lectores. Comienzan su carrera a la edad en la que los demás abandonan la suya: con ocho o nueve años. Se lanzan a la lectura y en cuanto acaban, descubren con alegría que no hay fin. Con alegría y terror. Se aferran al principio, a la primera experiencia. Es insuficiente. Leerán hasta la noche de sus vidas, aferrándose siempre a eso, al borde del primer hallazgo, el de la soledad y el de la imaginación. Y cuanto más avanzan, más ahondan en ello. Y cuanto más leen, menos saben, pero más imaginan. Esta gente es la que hace vivir a los escritores, ilustradores, libreros, editores, impresores. Los buenos libros, los malos, los periódicos, todo es bueno para el que le gusta leer, todo es alimento para el hambriento.” (Christian Bobin. Un simple vestido de fiesta.)

La encrucijada a la que, según nos hemos convencido unos a otros, asiste el libro en tiempos de mudas de soportes, cambios en los hábitos de lectura y consumo de capitales culturales, crisis económica y reestructuración de la industria, nubla muchas veces otras reflexiones igual o más importantes acerca del verdadero sentido de este objeto insuperable. El acceso al procedimiento imperecedero de la imaginación y el pensamiento que supone consumirlo. La trascendental actividad de la lectura y con ella, de la imaginación y el pensamiento.

Mucho nos hemos llenado la boca augurando defunciones y mutaciones. Mucho nos hemos empeñado en subrayar panoramas hoy desoladores para las generaciones venideras. Mucho hemos insistido en diferentes plataformas sobre el peligro en la erosión de los sistemas educativos, y el riesgo que supone no garantizar un acceso equitativo y gratuito a lo que ellos ofrecen.

Pero, ¿qué otras maneras hay de reforzar ese proceso que, dándolo por sentado, pensamos que ocurre en las escuelas?; ¿cómo se promueve el pensamiento, la imaginación, la creatividad, la reflexión y la proactividad para, justamente, beneficiar y enriquecer esos procesos de aprendizaje? O reforzarlos, o llenar sus vacíos, o combatir sus vicios, o apoyar sus iniciativas más locuaces. Propuestas y maneras debe haber muchísimas circulando. Aquí (I, IIIIIIV, V) ya hemos anotado algunos ejemplos que nos parecen paradigmáticos. La iniciativa que hoy nos importa destacar recoge a su manera ideas tan entusiastas como las que Christian Bobin nos susurraba en la cita inicial para esta entrada. Y, a nuestro parecer, propone justamente una atractiva y muy interesante alternativa para responder algunos de nuestros interrogantes al respecto.

Apenas a dos semanas de Sant Jordi, conocemos a VOX PRIMA, y con ellos nos acercamos a lo que será el Sant Jordi para noveles lectores.

VoxPrima, Espais de PictoEscriptura from VoxPrima on Vimeo.

VOX PRIMA, es un equipo de escritores, narradores e ilustradores preocupados por proponer alternativas al flujo (y bombardeo) que la cultura de la imagen supone para los procesos de aprendizaje e imaginación de los niños. Algo que ellos mismos defienden como el derecho de la infancia a la creatividad. La fórmula: Escritura creativa e ilustración = juego creativo. La semilla de la creatividad.

Su procedimiento es muy sencillo, efectivo e interesante. VOX PRIMA reúne a un escritor y a un ilustrador y genera junto a ellos una dinámica dentro de un aula convencional de un nivel primario de enseñanza. Un espacio de picto escritura creativa que busca además explorar el lenguaje en su manifestación oral, escrita y audiovisual, favoreciendo la capacidad comunicativa y creativa de los alumnos. Tanto el narrador, como el ilustrador, junto al equipo de VOX PRIMA, generan un taller en el que se conduce a los participantes hacia la creación de una historia. Un cuento que colectivamente van creando y escribiendo los niños con ayuda del narrador ,y que el ilustrador de turno va dibujando en directo. Al final de la jornada, se ha escrito un libro. Pero el proceso no termina aquí. Ese libro es real. Se maqueta, se diseña, se imprime y distribuye. Los niños son co-autores de esa publicación y tienen además la posibilidad de ser leídos por otros. De participar del acto creativo que supone el libro en todos sus estamentos, procesos y posibles materiales. Desde la imaginación, hasta la escritura, desde el dibujo hasta la edición.

“Proponemos acercar escritores, narradores e ilustradores a las escuelas para que colaboren activamente en la educación. ¿Cómo? Creando Espacios de Pictoescritura que permitan separar el momento de explosión creativa de la posterior tarea de corrección y edición e incorporen la ilustración como elemento fundamental de narración.”

Una propuesta que sin duda es no sólo pertinente en el centro del panorama actual, sino que ayuda a imaginar y prototipar muchas otras iniciativas a favor del aprendizaje creativo. Vox Prima se enmarca también dentro del que es ya, desde hace nueve años, el Sant Jordi particular de los niños. Món Libre, el festival de literatura para niños y niñas, que se celebrará los días 13 y 14 de abril en el CCCB organizado por el Instituto de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona.

Si deseas conocer más profundamente este proyecto, o acercarte a muchas otras actividades singulares y divertidas que organiza el festival de cara a aproximar los libros a los más pequeños, la cita es el próximo sábado 13 y domingo 14 de abril en la hall del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, de 11 a 19:30 hrs.

                            

Entrada libre.

Aforo limitado.

Edad recomendada: de 0 a 12 años.

Hay un espacio para los bebés, “Espacio de pequeños lectores”, y otro exclusivo para los mayores de 9 años.

Trae un libro y podrás cambiarlo al Mercado de Intercambio de Mundo Libro.

Organiza: Instituto de Cultura. Ayuntamiento de Barcelona

Con la colaboración de: Bibliotecas de Barcelona, *CCCB y MACBA