Dos imágenes me vienen a la mente al enfrentarme al texto que pretende reseñar este post. La primera es un anuncio dentro de la enorme oferta formativa de cursos, talleres y seminarios de las decenas de centros cívicos y culturales de la ciudad: Cómo mirar una obra de arte, era el título entre sugerente y ocioso de uno de esos programas ofrecido hace años[…] Continuar leyendo