UNA LIBRERÍA NO ES MÁS QUE UNA IDEA EN EL TIEMPO, dice la cita de apertura del recién aparecido Librerías, un ensayo que trata, de forma sebaldiana y con vocación viajera; sobre la historia de estos emblemáticos espacios de la modernidad […], fundacionales para la cultural contemporánea e imprescindibles en la historia de las ideas y de las letras.

El tema es de una rabiosa actualidad, no sólo por la aparición de textos como el antes citado; o por la reiterada conversación sobre los nuevos formatos de lectura, sobre las diferentes incidencias de internet en el mundo del libro, o sobre las modificaciones sustanciales en la industria editorial. Es actual porque se conecta con un panorama que venimos presenciando en Barcelona en los últimos dos años. Numerosas librerías han ido desapareciendo de la vida cultural de la ciudad y con ellas, una rica historia intelectual que bien valdría la pena preservar.

Espacios emblemáticos como la librería Platón, de la calle Balmes, en el Putxet, cerró sus puertas recientemente tras 44 años de actividad. La librería Catalònia, que había superado una guerra civil y un incendio devastador, echó definitivamente la persiana tras 82 años de trabajo sin interrupción. Lo mismo para el caso de la mítica librería de viejo Canuda, en la calle del mismo nombre, junto a la Rambla; o la no menos significativa Roquer, en los Jardinets del paseo de Gràcia. Todas situadas en lugares de alta cotización inmobiliaria que, tras la aprobación de la nueva ley de arrendamientos urbanos (LAU), se han visto desplazadas por negocios que ofrecen una paga al propietario del local que las librerías no puede igualar; una tienda de ropa de la cadena Mango o un restaurante de comida rápida McDonalds, sin ir más lejos.

El caso más reciente, o al menos el que más ha sonado últimamente, es el de la librería Documenta, activa desde hace 38 años en la ciudad y ahora amenazada por problemas similares a los de las librerías antes mencionadas. El propietario del local, Cardenal Casañas, 4 08002 Barcelona, ha decidido rescindir el contrato de arrendamiento para dar paso a la instalación de un hotel de lujo. Pero lo curioso o destacable del caso de Documenta no es la posible inminencia de su cierre, sino la respuesta que su propietario, el librero Josep Cots, planteó ante estas dificultades. Próximo a los años de retiro pero empeñado en que el legado de Documenta permanezca, Cots decidió buscar una alianza estratégica con alguien más joven e igualmente interesado en mantener un espacio como Documenta para, juntos, emprender un nuevo proyecto de librería, en un local nuevo y más grande en l’Eixample. El objetivo: continuar con la labor de la librería y, además, dar un salto hacia el futuro. La respuesta la ha encontrado en un cliente habitual de su local, Eric del Arco, hoy prometedor aprendiz de librero.

Hasta ahora el inicio de este gesto de resistencia, pero el camino se ha ido ampliando y para hacer posible la apertura de la continuación de Documenta hacen falta más cómplices. Además de la inversión principal generada con la incorporación de Del Arco al proyecto, la dupla de libreros necesita un plus de financiamiento. Lo han decidido recaudar por medio del micromecenazgo; convocado a usuarios habituales y nuevos interesados a realizar pequeñas aportaciones monetarias para cubrir los gastos que lo recaudado hasta ahora no puede solventar. Documenta cuenta así, desde el pasado mes de diciembre, con un perfil activo en Verkami, donde han recaudado hasta hoy casi 12.000€. Si deseas participar y contribuir como un cofinaciador de esta interesante iniciativa, todavía puedes hacer tus aportaciones. El plazo para terminar la recaudación es el 29 de enero, y, si todo continúa como hasta ahora, podrás formar parte de la gran familia Nueva Documenta y ser testigo del re-lanzamiento de su proyecto.

La la idea de la resistencia y la oposición con la librería como posible epicentro, dice Jorge Carrión, autor del ensayo citado al comienzo de este post. El arte, la creación, la búsqueda estética y la librería como expresión de esa búsqueda, pero también como lugar de reunión para “conspirar”. Allí la librería como testigo de los grandes momentos históricos, como contenedor y vertebrador de las otras historias, las personales; y, quizá sobre todo, como un puente entre las épocas, entre el pasado y el futuro. Porque una librería no es más que una idea en el tiempo; y con la idea de esos puentes temporales, un ejemplo como el de Documenta, que combina hoy, para nuestro disfrute personal, dos temas fundamentales: las librerías, su mundo, su tipología, su valor simbólico, su condición como ejes promotores y productores de bienes culturales; y las nuevas estrategias de producción cultural, aún en ciernes, que se han ido erigiendo en parte por las exigencias de la crisis económica, y en parte por la lógica de los nuevos medios de comunicación. Todo eso ha sido una librería hasta hoy, y todo eso es y puede ser una librería de ahora en adelante.

Si quieres apoyar el proyecto “Por una nueva Documenta” puedes consultar y realizar aportaciones en su perfil de Verkami aquí: http://www.verkami.com/projects/7566-per-una-nova-documenta

También puedes consultar las diferentes noticias, propuestas, puestas al día y comentarios de terceros, en el blog del proyecto: http://novadocumenta.org/ o en la página web de la librería: http://documenta-bcn.com/