Hablamos constantemente en este espacio de las ventajas de la comunicación en la era digital. Como nunca antes, decimos quizá de forma exageradamente entusiasta, cualquier persona en cualquier parte del mundo tiene la capacidad de contar sus propias historias, de difundirlas de forma gratuita y libre. Como nunca antes, repetimos una y otra vez, el acceso a los medios de producción y de información ha democratizado esta dinámica. Pero, ¿es esto completamente cierto? ¿No hay algo de miopía si generalizamos de esta forma un argumento como este? Si bien el empoderamiento sigue siendo una de nuestras banderas cuando pensamos y producimos cultura, hay muchos otros estadios en las dinámicas de comunicación actuales. Uno en particular, desprovisto justamente de estas libertades, y por su impacto, dramático y lacerante, es el caso del periodismo en México. Un lugar que, desde el inicio del mandato del actual presidente, Felipe Calderón, en el año 2006, registra ya cerca de 60 mil muertos a causa de la guerra contra el narcotráfico. En el marco de un escenario tan turbio, el periodismo se ha convertido en una actividad de riesgo. México es, según el informe anual publicado por la ONG Campaña Emblema de Prensa dependiente de la ONU, el lugar más inseguro del mundo para ejercer esta profesión.

Desde julio del año 2000, primera transición democrática del país, la violencia se ha cebado sobre el gremio de los trabajadores de la información, en específico con periodistas que cubren la sección policiaca o escriben de política. En lo que va de ese periodo de 12 años, han perdido la vida o han sido desaparecidos 126 trabajadores de la información. Y tan sólo una mínima parte de los casos ha sido resuelta. Sin embargo, no se mata la verdad matando periodistas. Así lo afirma el proyecto Nuestra Aparente Rendición. Una iniciativa que destaca por el uso, justamente, de las posibilidades de empoderamiento que la red y la implosión digital permiten hoy, para dar un tratamiento distinto y mantener una voz insistente, sobre los acontecimientos que en los últimos años han mancillado a México. Lolita Bosh y un número importante de escritores, periodistas e intelectuales se unen en NAR para generar reflexión y acciones que ayuden a enfrentar esta realidad tan sobrecogedora.

La última iniciativa de NAR abandera la causa del periodismo amenazado, No se mata la verdad matando periodistas. La propuesta es un libro colectivo en el que 126 periodistas adoptan a sus colegas muertos y desaparecidos escribiendo sobre ellos. 126 hojas de vida de reporteros, columnistas, locutores, fotógrafos, editores, ingenieros, twitteros y hasta voceadores, que han perdido la vida ya sea en el ejercicio de su profesión o como causa del estado de violencia que sufre el país. El libro resultante será distribuido de forma gratuita entre los asistentes a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el próximo mes de noviembre, así como entre las personas que apoyen el proyecto.

No se mata la verdad matando periodistas, busca financiarse de forma colectiva mediante la plataforma de crowdfunding Goteo. Tú puedes participar cooperando como co-finaciador de este initeresante proyecto, que ya cuenta con más de 60 patrocinadores. Quedan todavía 30 días para el plazo de cierre en la recaudación de fondos y aún resta un 70% del monto para llevarlo acabo. Puedes acceder aquí a su perfíl en goteo, hacer tus aportaciones y revisar a fondo la propuesta.

SILENCIO FORZADO (ENGLISH SUBTITLES) from Filmaciones de la Ciudad on Vimeo.

Sobre Nuestra Aparente Rendición (NAR, nuestraaparenterendicion.com/) nació en agosto de 2010 tras la matanza de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas: en el norte de México. Como respuesta al terrible suceso, hicimos un llamado urgente para crear conciencia, generar pensamiento y organizarlo para que pudiera ser utilizado con finalidades específicas: atención a víctimas, huérfanos, periodistas, etc. Dos años más tarde nos hemos convertido en un portal reconocido y prestigioso, nacional e internacionalmente. Una referencia ética, ciudadana y necesaria en la que cabemos muchas personas distintas.

Nuestra Aparente Rendición es una asociación civil constituida legalmente fuera de México (en Catalunya) que funciona gracias al esfuerzo de más de 20 voluntarios repartidos entre México, España y los Estados Unidos y la ayuda constante de otros voluntarios que mantienen proyectos específicos. Mantenemos activo el único nombramiento nacional de víctimas de la violencia con el que hemos contado 26320 asesinatos desde el 12 de septiembre de 2010 (hasta el 24 de junio de 2012), trabajamos con colectivos de desaparecidos, huérfanos de la violencia, estudiantes organizados, comunidades indígenas, activistas amenazados, periodistas en riesgo, albergues para migrantes, caminatas por la paz, casas de acogida para mujeres y niñas amenazadas y violentadas y un largo etcétera de personas que se han levantado por la dignidad y la paz de México y de personas que necesitan, desesperadamente, nuestra atención y nuestra ayuda.